Capítulo Dos: Teóricos y Teorías del Desarrollo
Teoría Conductista
El conductismo se refiere principalmente a aspectos observables y medibles del comportamiento humano. Al definir el comportamiento, las teorías del aprendizaje conductista enfatizan los cambios en el comportamiento que resultan de las asociaciones de la respuesta al estímulo realizadas por el alumno. Los conductistas aseveran que los únicos comportamientos dignos de estudio son los que se pueden observar directamente; así, son las acciones, más que los pensamientos o las emociones, los que son el objeto legítimo de estudio. La teoría conductista no explica el comportamiento anormal en términos del cerebro o su funcionamiento interno. Más bien, postula que todo comportamiento son hábitos aprendidos, e intenta dar cuenta de cómo se forman estos hábitos. Al asumir que se aprende el comportamiento humano, los conductistas también sostienen que todos los comportamientos también pueden ser desaprendidos y reemplazados por nuevos comportamientos; que es, cuando un comportamiento se vuelve inaceptable, puede ser reemplazado por uno aceptable. Un elemento clave de esta teoría del aprendizaje es la respuesta recompensada. La respuesta deseada debe ser recompensada por aprender a tener lugar (Parkay & Hass, 2000). John B. Watson (1878-1958) y B. F. Skinner (1904-1990) son los dos principales creadores de enfoques conductistas para el aprendizaje.
La premisa básica de Watson era que las conclusiones sobre el desarrollo humano deberían basarse en la observación del comportamiento manifiesto en lugar de especulaciones sobre motivos subconscientes o procesos cognitivos latentes (Shaffer, 2000). La visión de Watson sobre el aprendizaje se basó en parte en los estudios de Ivan Pavlov (1849-1936). Pavlov era muy conocido por su investigación sobre un proceso de aprendizaje llamado condicionamiento clásico. El condicionamiento clásico se refiere al aprendizaje que ocurre cuando un estímulo neutral (una señal no asociada) se asocia con un estímulo que produce naturalmente un comportamiento, como un reflejo o un comportamiento innato. Pavlov notó que los perros salivaban poco antes de darles comida. Descubrió que cuando se tocaba la campana durante las comidas repetidas, el solo sonido de la campana (un estímulo condicionado) hacía que los perros salivaban (una respuesta condicionada).
Skinner creía que el comportamiento humano es predecible, al igual que una reacción química. Creía que las personas no dan forma al mundo, sino que el mundo les da forma a ellos. Ampliando el modelo básico de estímulo-respuesta de Watson, Skinner desarrolló una visión más integral del condicionamiento, conocida como condicionamiento operante. Su modelo se basó en la premisa de que las respuestas satisfactorias están condicionadas, mientras que las insatisfactorias no. El condicionamiento operante es la recompensa de una conducta deseada o de un acto que se aproxima a ella. Skinner comentó que “las cosas que llamamos placenteras tienen un efecto energizante o fortalecedor en nuestro comportamiento” (Skinner, 1972, p. 74). A través de la investigación de Skinner en animales, llegó a la conclusión de que tanto los animales como los humanos repetirían actos que condujeran a resultados favorables y suprimiría aquellos que produjeran resultados desfavorables (Shaffer, 2000). Si una rata presiona una barra y recibe una bolita de comida, es probable que la presione nuevamente. Skinner definió la respuesta de presionar la barra como operante (la respuesta voluntaria aprendida) y la bolita de comida como un reforzador positivo. El castigo, por otro lado, son consecuencias que suprimen una respuesta y disminuyen la probabilidad de que ocurra en el futuro. Si la rata hubiera recibido una descarga eléctrica cada vez que presionaba la barra, ese comportamiento cesaría. Skinner creía que los hábitos que cada uno de nosotros desarrollamos son el resultado de nuestras experiencias únicas de aprendizaje operante (Shaffer, 2000).
El refuerzo negativo puede ser utilizado como estrategia para fomentar ciertos comportamientos. Definido, el refuerzo negativo es el estímulo de ciertas conductas al eliminar o evitar un resultado negativo o estímulos. Un despertador es un ejemplo de un reforzador negativo. Para detener el zumbido, ¡necesitas despertarte! Otro ejemplo son los pitidos que instalan los fabricantes de automóviles que se apagan hasta que te abrochas el cinturón de seguridad (Jordan, 2022).
Críticas al Conductismo
El conductismo puede ser criticado como una visión excesivamente determinista del comportamiento humano que ignora los procesos psicológicos y mentales internos; el conductismo simplifica demasiado la complejidad del comportamiento humano. El enfoque conductista también ha sido criticado por su incapacidad para dar cuenta del aprendizaje o cambios en el comportamiento que ocurren en ausencia de insumo ambiental. Por último, la investigación ha demostrado que los principios del condicionamiento no son universales; el vínculo entre estímulo y respuesta no es solo una causa y efecto simple, directa relación. Factores más allá del estímulo están involucrados en la determinación de la respuesta. Una comprensión completa del comportamiento humano tendría que incluir no sólo acciones, sino también la vida interior de la mente.
Implicaciones Educativas
Las técnicas conductistas se han empleado desde hace mucho tiempo en la educación para promover comportamientos deseables y desalentar lo que no lo es. Entre los métodos derivados de la teoría conductista para la aplicación práctica en el aula se encuentran los contratos, las consecuencias, el refuerzo, la extinción y la modificación de la conducta. El uso de la teoría conductista en el aula puede ser gratificante tanto para estudiantes como para profesores. El cambio de comportamiento ocurre por una razón; los estudiantes trabajan para cosas que les traen sentimientos positivos y aprobación de las personas que admiran. Cambian comportamientos para satisfacer los deseos que han aprendido a valorar. Generalmente evitan comportamientos que asocian con lo desagradable y desarrollan comportamientos habituales a partir de aquellos que se repiten a menudo (Parkay & Hass, 2000). Toda la justificación de la modificación de la conducta es que la mayoría del comportamiento se aprende. Si los comportamientos se pueden aprender, entonces también pueden ser desaprendidos o reaprendidos. Se extinguirá un comportamiento que no sea recompensado. Ignorar consistentemente un comportamiento indeseable irá lejos para eliminarlo. Otras estrategias exitosas en el aula son los contratos, las consecuencias, el castigo y otras que se han descrito con detalle anteriormente. La teoría del aprendizaje conductista no solo es importante para lograr el comportamiento deseado en la educación general sino también en otros comportamientos.
Los defensores del conductismo han adoptado efectivamente este sistema de recompensas y castigos en sus aulas al recompensar los comportamientos deseados y castigar a los inapropiados. Las recompensas pueden variar ampliamente y deben ser importantes para el alumno de alguna manera. Al igual que con todos los métodos de enseñanza, el éxito depende del estímulo y la respuesta individual de cada alumno.
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un evento que produce una reacción o resultado específico
principalmente preocupado por comportamientos observables y medibles; enfatiza los cambios en el comportamiento que resultan de las asociaciones de estímulo-respuesta realizadas por el alumno
implica aprender un nuevo comportamiento a través del proceso de asociación; el condicionamiento clásico implica asociar una señal no asociada (tal como un sonido particular) con una respuesta o comportamiento involuntario (como salivación o parpadeo)
también implica aprender un nuevo comportamiento a través del proceso de asociación, pero en este caso implica un comportamiento voluntario que se fomenta mediante el uso de refuerzos positivos, o bien se desalienta mediante el uso de reforzadores o castigadores negativos.
un resultado favorable utilizado para fomentar (aumentar) un comportamiento específico (ex. un niño haciendo algo para recibir elogios o una pegatina)
una consecuencia desfavorable utilizada para desalentar (disminuir) un comportamiento específico
la eliminación de un resultado desfavorable utilizado para aumentar el comportamiento (por ejemplo, un niño haciendo algo para dejar de ser molestado o gritado)